Siempre fui de quienes creen que para trabajar bien necesitas una laptop potente, rápida y con acabados premium. Pero al comenzar mi viaje hacia un estilo de vida más simple, me cuestioné si de verdad necesitaba tanto hardware. Así que me puse a prueba: dejé mi MacBook Pro y usé solo una Chromebook básica durante 7 días. Esta fue mi experiencia.
Lo que esperaba vs. lo que encontré
La Chromebook que compré costaba 250€. Pantalla Full HD, 4 GB de RAM, procesador Intel Celeron y 64 GB de almacenamiento. Especificaciones modestas, sí, pero suficientes para tareas básicas.
¿Qué esperaba? Lag, limitaciones y frustración. ¿Qué encontré? Una máquina sorprendentemente fluida para navegación, escritura y gestión de documentos en la nube.
¿Qué tareas fueron perfectas?
- Redacción y blogging: Google Docs y Word Online funcionaron sin problemas.
- Navegación: Chrome vuela con pocas pestañas abiertas.
- Correos y gestión personal: Gmail, Notion y Calendar corrieron perfecto.
Para un uso orientado a productividad básica, una Chromebook puede ser más que suficiente. Y lo más sorprendente: su arranque instantáneo y batería de más de 10 horas me hicieron olvidar los cargadores.
¿Y las limitaciones?
Obviamente, las hay. Si tu trabajo requiere software pesado (Photoshop, Premiere, VS Code), esto no es para ti. Chrome OS depende mucho de internet, y aunque existen apps offline, no se comparan con una laptop con Windows o macOS.
Otra limitación es la multitarea exigente. Con más de 7 pestañas abiertas, la memoria RAM ya sufre. También eché en falta cosas simples como usar un gestor de archivos más flexible.
Comparativa rápida: Chromebook vs. laptop de alta gama
Aspecto | Chromebook (250€) | Laptop de alta gama (1200€+) |
---|---|---|
Velocidad en tareas básicas | Buena | Excelente |
Multitarea | Limitada | Muy fluida |
Duración de batería | 10+ horas | 8 horas aprox. |
Sistema operativo | ChromeOS (basado en la nube) | Windows/macOS (versátil) |
Precio | 250€ | 1200€ - 2500€ |
Minimalismo tecnológico: ¿vale la pena el cambio?
Depende. Si tu flujo de trabajo es ligero, si vives conectado a internet, y si priorizas simplicidad y duración de batería, una Chromebook es una opción realista, económica y funcional.
Pero si necesitas potencia, edición de video, o software profesional, una laptop completa sigue siendo la mejor herramienta.
Conclusión
Este experimento me enseñó que no siempre necesitas lo último ni lo más caro. Muchas veces compramos por impulso o status, no por necesidad. Minimalismo también es usar la tecnología que realmente se adapta a ti, no la que el marketing te vende.
¿Recomiendo cambiar tu portátil por una Chromebook? Si puedes vivir en la nube y simplificar tu flujo de trabajo, definitivamente sí. Y tu bolsillo también te lo agradecerá.